Una Smart City o ciudad inteligente es una ciudad innovadora que usa tecnologías de la información y comunicación, así como otros medios para mejorar la calidad de vida de sus habitantes, la eficiencia de los servicios urbanos y la competitividad. A la vez, asegura que las necesidades de las generaciones actuales y futuras respecto a los aspectos económicos, sociales y ambientales sean atendidas.
En otras palabras, una Smart City integra todos sus sistemas de seguridad, transporte y otros a través de las tecnologías de la información y comunicación con el fin de hacer converger las tareas en una sola plataforma y así optimizar el trabajo. Eso permite reducir el tiempo de respuesta ante alguna emergencia, reducir el error humano debido al menor número de operadores involucrados y, finalmente, suministrar los servicios de una manera más eficiente.
Además, al integrar la información de esta manera se obtiene el beneficio de registrar un historial sobre las incidencias de accidentes, delitos, y cualquier otra eventualidad que se presente en la ciudad, para así tomar las medidas preventivas correspondientes y reducir dichas incidencias hasta eliminarlas.
Una Smart City no es solo una ciudad en el sentido convencional, sino que tiene actores que son altamente relevantes y que se coordinan integramente entre sí:
- Municipalidad
- PDI
- Carabineros
- Otras autoridades comunales, provinciales, regionales y nacionales
- Empresas de servicios
De esta manera, las soluciones para lograr la creación de una Smart City tienen como objetivo esencial proporcionar valor a todo este “ecosistema”, ya sea valor financiero, calidad de vida, valor educacional, salud o tiempo.
Desde el punto de vista tecnológico, también encontramos un sistema complejo formado por diferentes áreas de la tecnología, entra las cuales se pueden mencionar:
- Tecnologías de la información (TI). Aquí se incluyen las redes IP, software, análisis, seguridad y la integración tecnológica.
- Telecomunicaciones. Involucra tecnologías de internet y banda ancha, telefonía móvil, servicios TI en red, monitoreo, detección y seguridad.
- Energía e infraestructura. Electrónica de potencia, energías renovables, automatización de subestaciones y más.
- Automatización de edificios. Incluye gestión de la energía, conectividad de dispositivos, monitoreo, detección y seguridad (edificios inteligentes).
- Otras áreas.
En toda esta complejidad es importante mencionar que el usuario final es el ciudadano, siendo importante que las personas que viven en el área de aplicación de estas tecnologías se involucren en este proceso. De esta manera, será más fácil entender qué hacen y qué necesitan en su vida diaria, lo que es de mucho valor a la hora de tomar acciones correctivas o de mejoramiento del ecosistema. Por supuesto, mientras más personas se involucren, mejores serán los resultados. Así, es importante crear los canales de comunicación para que los ciudadanos, trabajadores públicos, empresas, turistas y cualquier otro cuerpo involucrado, puedan transmitir información relevante. Esto puede lograrse de diferentes maneras, siendo las aplicaciones móviles la principal tendencia.
En conclusión, al dar una mirada general a las Smart Cities, queda claro que no solo se trata de la aplicación de tecnologías al funcionamiento de una ciudad, sino de un trabajo conjunto de empresas, autoridades, instituciones y de cada persona, para lograr un verdadero beneficio de las tecnologías que serán implementadas.